31 de Mayo de 2022

Organismos genéticamente modificados (OGM): objeto de gran controversia

Aunque los alimentos modificados genéticamente pueden convertirse en una herramienta esencial para alimentar a la creciente población mundial y se someten a pruebas estrictas, la gente está preocupada por los posibles riesgos, y hay mucho debate sobre los pros y los contras del uso de los OMG.

Los fabricantes utilizan la modificación genética para dotar a las plantas de rasgos deseables como:

  • Resistencia a los insectos: proporciona protección durante toda la temporada contra las plagas, reduce la necesidad de aplicaciones de pesticidas y disminuye los costes de los insumos.
  • Tolerancia a la sequía: aumenta la retención de agua y permite que los cultivos soporten mejor las condiciones de sequía sin necesidad de riego adicional.
  • Tolerancia a los herbicidas: permite la aplicación selectiva de herbicidas cuando sea necesario.
  • Resistencia a las enfermedades: permite a las plantas resistir a ciertas enfermedades, lo que podría conducir a un menor desperdicio y a una mayor seguridad alimentaria.
  • Mayor contenido nutricional
  • Reducción del desperdicio de alimentos: elimina el pardeamiento superficial y las magulladuras al cortar o manipular los productos.
  • Mejora de los procesos de fabricación: permite una producción más eficiente de biocombustibles -en ciertas variedades de maíz, por ejemplo- al mejorar el proceso por el que la celulosa y/o el almidón se descomponen y se convierten en combustible. Esto ayuda a reducir el impacto medioambiental al disminuir la cantidad de agua, electricidad y gas natural necesarios para producir el biocombustible.

¿Cómo se fabrican los cultivos transgénicos?

El enfoque normativo europeo

Muchas jurisdicciones, incluida la Unión Europea (UE), distinguen legalmente entre los OMG autorizados (y por tanto legales) y los no autorizados (y por tanto ilegales). Así, la legislación europea sobre ingeniería genética exige métodos específicos para la detección, identificación y cuantificación de los OMG y los productos alimentarios y piensos derivados, antes de que puedan ser autorizados y comercializados (Directiva 2001/18/CE y Reglamento (CE) nº 1829/2003).

Los "OMG clásicos" autorizados por la UE son detectables, identificables y cuantificables mediante, por ejemplo, métodos de qPCR, que se dirigen al sitio de integración estable de elementos de ADN "extraños", que no se dan de forma natural en un genoma.

Más información sobre Organismos Genéticamente Modificados (en inglés)