07 de Diciembre de 2017

Virus en alimentos: ¿Por qué debería revisar su comida para detectar norovirus?

Las infecciones de virus ocurren más a menudo en invierno; sin embargo, los brotes durante los meses cálidos no son infrecuentes. Además del contacto directo con una persona infectada, los alimentos contaminados son una importante fuente de infección. Un riesgo significativo proviene de los alimentos que se consumen crudos, como la ensalada.

 

 Excluyendo bacterias como Salmonella o Legionela, los virus también pueden transmitirse a través de los alimentos y pueden causar infecciones graves. La alarmante verdad es que los virus se pueden propagar muy rápidamente y, además, son altamente resistentes y pueden sobrevivir en superficies y alimentos durante largos períodos de tiempo. Especialmente en instalaciones comunitarias como hospitales, escuelas u hogares de ancianos, los virus transmitidos por los alimentos a menudo causan brotes generalizados. 

¿Qué virus pueden transmitirse a través de los alimentos? 

Los norovirus se encuentran con mayor frecuencia en los alimentos. En el año en curso, el RASFF ya ha informado 23 incidencias de Norovirus en alimentos. Al ser la causa más común de gastroenteritis en todo el mundo, los Norovirus son responsables de miles de infecciones cada mes. Sin embargo, el virus de la Hepatitis A también está causando infecciones transmitidas por alimentos. Según un estudio reciente realizado en Italia, el virus de la Hepatitis A podría detectarse en 18 de 911 muestras de ensalada y vegetales listos para el consumo. Más raramente, los rotavirus, sapovirus o adenovirus se transmiten a través de los alimentos. 

¿Cómo entran los virus en la comida? 

A diferencia de las bacterias, los virus no pueden multiplicarse en los alimentos; solo pueden ingresar a los mismos por contaminación externa. Se puede diferenciar entre dos fuentes de contaminación: la contaminación primaria resultado de materias primas contaminadas. Las verduras, por ejemplo, pueden entrar en contacto con agua contaminada que ya se encuentra en el campo. La contaminación secundaria ocurre durante el procesamiento, la preparación o la porción de alimentos y son resultado de una higiene deficiente. 

La higiene adecuada en la preparación de alimentos es fundamental para la prevención de infecciones. En la práctica, sin embargo, se puede suponer que los requisitos de higiene no siempre se cumplen. Un estudio actual realizado por la FSA sugiere que los empleados a menudo no se lavan las manos adecuadamente, no usan guantes o entran en contacto con alimentos poco después de una enfermedad viral. Como los virus mueren a altas temperaturas, los alimentos de alto riesgo son, en particular, productos que se consumen crudos, como ensaladas, frutas y verduras frescas, cerdo molido y bayas congeladas, así como mariscos, mejillones y ostras. 

¿Cómo se detectan los virus en los alimentos? 

El método estándar para la detección de virus en los alimentos es PCR. La mayor dificultad para detectar contaminaciones de virus es que los alimentos a menudo contienen solo cantidades muy pequeñas de virus, que, sin embargo, ya pueden causar una infección y, por lo tanto, deben detectarse de manera confiable. Además, es deseable probar no solo alimentos, sino también agua y superficies. Una prueba de PCR en tiempo real que cumple con estos requisitos y que es capaz de detectar norovirus y hepatitis A simultáneamente, es SureFast® Norovirus/Hepatitis A 3plex.

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